Efecto Hawthorne 2.0
26 de julio de 2021  — 

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Un empleado feliz se traduce en tener mejores resultados en una compañía. Muchas veces hablo de los múltiples beneficios que tiene para una empresa la monitorización y análisis de datos: mayor rentabilidad, organización, mejora en la gestión del tiempo, optimización de recursos y un largo etcétera.

 

Sin embargo, hoy quiero hablaros del plano más humano. De cómo el análisis de datos contribuye a mejorar, exponencialmente, la produc

 

tividad de los empleados. Hay muchos estudios y experimentos al respecto; sin embargo, uno que siempre nos gusta poner como ejemplo es el Efecto Hawthorne.

 

 

Elton Mayo, psicólogo industrial austríaco, decidió investigar en la fábrica Hawthorne Works de Estados Unidos la relación entre la productividad de los empleados y las condiciones lumínicas del lugar de trabajo. Para ello, dividió a los trabajadores en dos grupos y cada uno de estos trabajó con una intensidad lumínica distinta. Para sorpresa del investigador, ambos grupos habían aumentado su productividad.

 

¿A qué se debió esta mejora? Rápidamente Mayo percibió que el factor determinante para esta evolución había sido la presencia de los investigadores: el mero hecho de sentir que se estaba avaluando su situación, motivó este incremento en la eficiencia. 

 

Otro dato curioso que se extrajo de este experimento tenía que ver con la propia percepción de los empleados con respecto a los resultados de la investigación. Es decir, el aumento del rendimiento se lo atribuían al refuerzo de las relaciones personales entre la dirección y los trabajadores, que habían sido promovidas por los investigadores para crear un clima cálido y, sobre todo, porque habían sido escuchadas sus demandas.  

 

La productividad mejora solo si la supervisión y el reconocimiento se entienden como una unidad.

 

La vigilancia en el trabajo no explica por sí sola esta evolución en el rendimiento. Debemos entender que el componente motivacional del trabajador subyace en el interés del supervisor por el trabajo realizado. Es decir, que el esfuerzo que se hace se tiene en cuenta y ha habido un reconocimiento por parte de la dirección.

 

Efecto Hawthorne 2.0

La tecnología nos da la posibilidad de llevar este experimento al siguiente nivel. De forma automatizada podemos medir el rendimiento de los trabajadores y saber qué factores les afectan en mayor o menor medida. ¿Cómo?  A través de los dashboards de producción y gestión, los cuales suelen estar conectados a una herramienta de gestión de tareas o de rrhh.

 

 

 

Estas soluciones de Business Intelligence tratan la información de una manera mucho más simple y visual, algo que está directamente relacionado con su usabilidad y una mejor experiencia de usuario. Sobre ello, os hablamos en este artículo.

 

Más allá de su usabilidad, gracias a estos dashboard de negocio podemos analizar en tiempo real todo lo referente a la productividad del equipo: tiempo de dedicación a cada actividad, coordinación de equipos, organización de tiempo, funcionamiento y rentabilidad de cada proyecto, plazos de entrega, etc.

De esta manera, somos capaces de leer la información y evaluar el trabajo de los equipos de una manera objetiva y precisa, detectando mejor el talento y pudiendo premiar en base a méritos.

La información, además, se presenta unificada y se visualiza en un único panel, de forma sencilla e intuitiva. Esto no solo permite a directivos y coordinadores de equipos conocer en todo momento el estado en que se encuentran los proyectos y las tareas; sino que tiene un efecto muy motivador entre los equipos de trabajo: pueden ver en qué proyectos están trabajando sus compañeros, los hitos y metas que se han conseguido…

 

 

Y esto último está intrínsecamente relacionado con la segunda deducción del experimento que llevó a cabo E. Mayo: la eficiencia aumenta cuando los empleados se sienten a gusto, cuando se mejoran las relaciones laborales, cuando son tenidos en cuenta. Estas conclusiones han sido replicadas por numerosos estudios, como el que desarrolló la Universidad de Warwick en el Reino Unido, que determinó que la satisfacción laboral incrementaba la productividad en un 12%.

 

Estas prácticas incentivan la creatividad, el trabajo en equipo y el ir con ganas de comerse el mundo cada día cuando se entra por la puerta de la oficina. Eso es lo que realmente merece la pena. Rodearte de un equipo súper motivado y con ganas de crecer y aprender cada día. Y esto se traduce, a su vez, en mayor rentabilidad.