¿Eres una compañía SMART?
14 de octubre de 2021  — 

artículos

Amparo García  —  COO Zeus Vision

Toda compañía tiene una razón de ser. Una meta. Un propósito. Y tener esta meta bien clara permite, no solo definir mejor las acciones estratégicas, sino motivar al equipo y hacerle partícipe de un proyecto conjunto y, ¡cómo no!, de los éxitos conseguidos.

 

Nuestro equipo es muy de celebrar pequeños triunfos. Lo consideramos clave para no desmotivarnos a lo largo del camino, y nos sirve para analizar obstáculos que nos hemos encontrado, potenciando ese espíritu de mejora constante.

 

Sin embargo, me he dado cuenta, tras haberme reunido con cientos de clientes para definir sus proyectos de visualización de datos, que son muchas las empresas que cometen el mismo error: definir metas demasiado altas. Metas que son muy difíciles de alcanzar y que al final lo único que consiguen es desmotivar al equipo y hacer que el proyecto fracase y se quede a medio camino.

 

De ahí la importancia de dar ese enfoque SMART en las compañías, que nos ayudará a determinar las prioridades de cada equipo y conseguir resultados que sean medibles y sirvan de guía para el crecimiento de la empresa y definir objetivos muy concretos que nos van a ayudar a tomar mejores decisiones y de forma más ágil a través de los cuadros de mando.

 

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Los criterios SMART hacen referencia a las 5 pautas que todo objetivo debe tener:

 

1. Specific (específico)

 

¿Qué queremos conseguir? Los objetivos deben ser precisos, concretos y fáciles de comprender por todos los miembros del equipo. Y también deben ser específicas las acciones que definamos para llegar a ese objetivo. La clave es diseñar un mapa, una hoja de ruta que nos ayude a situarnos en todo momento y nos guíe sobre los siguientes pasos que debemos seguir.  De ahí que los dashboards de negocio deban contar una historia a través de los datos, estructurando la información de forma muy clara y visual (sobre cómo convertir los datos en acción puedes leer más en este artículo).

 

2. Measurable (medible)

 

¿Cómo medimos los objetivos? ¿Qué KPIs utilizamos para medir su eficiencia? Hay que cuantificarlos para poder tomar decisiones coherentes, alejadas de toda intuición.

 

3. Attainable (alcanzable)

 

¿Es razonable? ¿Tiene sentido el objetivo teniendo en cuenta la situación  y recursos con los que contamos? No podemos “estar en las nubes” mientras dirigimos un departamento o una compañía. Debemos ser realistas y saber cuáles son nuestras limitaciones. Por ejemplo, no tendría ningún sentido decir que la compañía va a duplicar su facturación en el próximo mes.

 

4. Relevant (relevante)

 

¿Por qué ese objetivo es importante para la empresa, para el equipo o para nuestros clientes? Hay que adaptarse a la coyuntura actual e ir tomando decisiones acorde al momento que nos encontremos. Por citar un ejemplo, la estrategia comercial en la era pre-covid y post-covid distará bastante, así como los objetivos del departamento. Y KPIs típicos como podían ser el número de visitas que se hacían a casa del cliente ahora han pasado a un segundo plano. Como comentaba, es cuestión de adaptarse y ser flexible.

 

5. Timely (a tiempo)

 

¿Qué plazo tenemos? ¿Cuándo queremos conseguir la meta? ¿En un mes, el próximo trimestre? Hay que definir el tiempo, el equipo necesita saber con qué plazo cuenta para organizar recursos, planificar la ejecución de tareas y establecer prioridades.

 

Pasar a la acción gracias a los datos e ir un paso más allá en lo que a su análisis y monitorización respecta. Esa es la clave. Y, por supuesto, pasar del Smart Data al Visual Data, es decir, mostrar y compartir la información con los equipos de forma que les ayude, no solo a tomar mejores decisiones, sino a ganar autonomía y aumentar su motivación e implicación con el proyecto.

 

Enfoque SMART en las compañías

 

Hay que hacer una apuesta clara por soluciones tecnológicas que muestren la información en real-time en dashboards de negocio ubicados en los espacios de trabajo, teniendo a golpe de vista los datos de negocio más importantes y, sobre todo, ayudándonos a anticiparnos a cualquier imprevisto y reducir los tiempos de análisis.

 

Y tu empresa, ¿tiene un enfoque SMART?